domingo, 25 de septiembre de 2011

EL SILENCIO DE LA ORACIÓN (del libro Dimensiones de la Verdad)


No fueron pocas las veces que, tras el vocerío y el entusiasmo de la multitud saciada, el Señor Jesús se refugiaba en el silencio de la oración, procurando sintonizar con el Padre y reencontrarse consigo mismo para, reabastecido de amor, retornar al rebaño aturdido, en equilibrio de actitud y serenidad de espíritu.

Haz, también, lo mismo, buscando la soledad de la oración en el silencio del alma, cuando esos peligros sutiles te angustien o te aturdan, a fin de poder retornar al trabajo, renovado y calmo.

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