Creíste estar solo y por eso sufres. Medita y verificarás que existen otros corazones solitarios a tu lado. Levántate, visítalos y llévales el Mensaje Espírita.
Te consideras enfermo y quebrantado, caminando sin apoyo. Medita y encontrarás, próximos a ti, sufrientes más atormentados, contemplando en ti la felicidad que dices no poseer. Dirígete a ellos y ofréceles la fraternidad que puedes sorber en las Lecciones Espíritas.
Aceptas como hecho consumado su falta de suerte, en lo referente a las actividades comunes a todos los hombres. Medita y lograrás ver corazones vencidos que envidian tu sonrisa y la fortuna que afirmas no tener. Amplía hasta ellos la Comprensión Espítita.
Si meditas, descubrirás que la tierra es un inmenso hospital de almas más sufrientes que la tuya y que, con los recursos de la Terapéutica Espírita, podrás operar valiosas contribuciones en favor de ellas, constatando la exactitud de la máxima evangélica: "Más le será dado a quien más dé", porque al ayudar, te sentirás también ayudado.
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